Como ningún viento es favorable para el que no sabe donde va, es imprescindible ayudar y guiar sobre todo en las primeras etapas del aprendizaje. El método de enseñanza de violín que presento tiene una dirección clara, que los estudiantes encuentren dónde quieren ir ellos a través del arte, de la música, del violín. Que aprendan a quererse, a valorarse, a querer su cuerpo y saber usarlo como herramienta y canal para el arte; que disfruten, que sientan, que vivan todo tipo de emociones, que las investiguen, que sean capaces como los buenos actores de encarnar con el violín la pasión, la alegría, la dulzura, y también la rabia, la tristeza o la compasión. La música, además, es un gran universo enlazado con otros universos artísticos, como el teatro, la danza, la pintura o la poesía, y debe desarrollarse como tal. Manifiesto que la educación debe ser transversal, trans-artística, y como materialización de estos valores he desarrollado el método Violin Holistico.